Guía Turismo

   viernes 25 de abril del 2025. LXV La Legislatura de la Paridad, la Inclusión y la Diversidad.
:

Principales organismos con sustancias psicoactivas y psicotrópicas

Por Juan de Dios Villeda  

Desde la antigüedad se ha buscado alterar los distintos estados de conciencia con fines terapéuticos, religiosos o lúdicos, consumiendo diversos organismos que contienen sustancias psicoactivas o psicotrópicas que inducen a alucinaciones y distorsionan la percepción. De una manera muy general, una sustancia psicoactiva modifica el funcionamiento de la mente, puede alterar las sensaciones como el dolor y el placer, el estado de ánimo, la conciencia, la capacidad de pensar y la creatividad, el estado de alerta y otras funciones psicocognitivas. 

Por otro lado, una sustancia psicotrópica provoca efectos neurológicos, psicológicos y fisiológicos debido a su capacidad de modificar la acción de los neurotransmisores en el cerebro. La diferencia entre estas dos sustancias es que la primera afecta la mente o los procesos que ocurren en ella y la segunda ejerce sus efectos principales en el sistema nervioso central (SNC)  

¿Pero, por qué existen organismos que pueden producir este tipo de sustancias? La respuesta puede ser tan simple o compleja como pueda parecerlo: evolución. La teoría evolutiva de la selección natural desarrollada por Charles Darwin y Alfred Russel Wallace plantea que cuando los organismos se reproducen, la descendencia hereda ciertos atributos o características de sus progenitores que varían al azar entre los individuos de esa nueva camada (esto incluye cualquier tipo de característica: anatómica, metabólica, comportamental, etc.). Si cierto atributo heredado les proporciona alguna ventaja en el contexto en el que se desarrollan, entonces esos individuos tienen más oportunidades de sobrevivir y de reproducirse que aquellos que no lo presentan, y transmiten a su descendencia esa característica que los hizo más aptos en ese contexto particular. 

Visto desde un enfoque de clasificación taxonómica, principalmente, se han utilizado organismos del reino Plantae y del reino Fungi para la obtención de sustancias psicoactivas y psicotrópicas. Estas sustancias generadas en la naturaleza están clasificadas dentro de un gran grupo llamado “metabolitos secundarios” que, a diferencia de los metabolitos primarios, son compuestos químicos sintetizados por plantas y hongos que cumplen con funciones no esenciales en ellos. Ejemplo de estos metabolitos secundarios, que a su vez actúan como sustancias psicoactivas y psicotrópicas (en estos casos específicos) tenemos el tetrahidrocannabinol (THC) en el cannabis, la trimetoxifeniletilamina (mescalina) en el peyote (Lophophora williamsii), las triptaminas en el género de psilocybes (hongos). La principal función de estas sustancias en los organismos que la producen es la de defenderse ante predadores y así evitar que sean consumidos por estos para que la especie siga perpetuándose. 

Se cree que el hallazgo de la capacidad alucinógena de algunos organismos haya sido casual cuando el hombre primitivo descubría accidentalmente, al ingerir estas en busca de alimentos, el efecto perturbador que le provocaban al distorsionar la visión y la mente.  

La psicoactividad es el efecto buscado para el uso “adulto” o recreativo, ha demostrado ser de una notable importancia antropológica, pues la búsqueda de estados alterados de conciencia se puede rastrear en todas las épocas y culturas, siendo el uso tradicional el más aceptado al tratarse de una actividad terapéutica y ancestral. Sin embargo, estas plantas y hongos se han utilizado a lo largo de la historia en distintas culturas en rituales religiosos y ceremoniales, en rituales que tengan que ver con magia, brujería y hechicería y, en tiempos modernos, la tendencia nos lleva a su uso lúdico entre sociedades y culturas. Muchas de estas sustancias son legales o bien presentan una regulación limitada y no uniforme en varios países. Algunas pueden suponer implicaciones y problemáticas en materia social, en materia de salud y seguridad pública e incluso impacta en el sector económico en sus lugares originarios de consumo. Están prohibidas en algunos países y en otros, aun siendo ilegales, se permite su consumo en las ceremonias religiosas debido a su uso tradicional. 

Por otro lado, las sustancias psicotrópicas contenidas en esos mismos organismos (hongos y plantas mencionados) que, a su vez, contienen sustancias psicoactivas pueden aplicarse en la medicina moderna para la elaboración de  psicofármacos, los cuales “modifican tanto las funciones psíquicas como los estados mentales, y son utilizados fundamentalmente para el tratamiento de trastornos mentales como las psicosis, los trastornos de ansiedad, los trastornos depresivos, el síndrome de déficit de atención e hiperactividad, la enfermedad bipolar entre otros”. [1] 

La planta más representativa de este grupo de organismos que contienen sustancias psicoactivas y psicotrópicas es el cannabis, que desde hace décadas figura como la droga más consumida a nivel mundial, por otro lado, el consumo de otras plantas y hongos alucinógenos ha tenido un repunte al popularizar el conocimiento de su existencia, como de sus formas de consumo y, sobre todo, de su disponibilidad online. No obstante, “algunos de estos productos están recibiendo cierta atención por los investigadores para el tratamiento de determinados trastornos psiquiátricos (síndrome de estrés postraumático, trastornos psicóticos rebeldes a tratamiento, etc), dolor oncológico o crónico, cáncer terminal o procesos de deshabituación a drogas clásicas. Por el momento, los estudios existentes no aportan la suficiente evidencia para su utilización en estas patologías.” [2] 

Fuentes: 

Abuso de sustancias. (s/f). Paho.org. Recuperado el 18 de septiembre de 2023, de https://www.paho.org/es/temas/abuso-sustancias 

Health Officers Council of British Columbia (HOC) (2011). Public Health Perspectives for Regulating Psychoactive Substances. Victoria, BC: HOC. 

Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. Informe anual 2012: el problema de la drogodependencia en Europa. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones de la Unión Europea 2012. Disponible en: http:// www.emcdda.europa.eu/attachements.cfm/ att_190854_ES_T 

[1] Dorland W. Diccionario enciclopédico ilustrado de medicina. 8ª ed. Madrid: Interamericana, 1985.  

[2] Rosenbaum CD, Carreiro SP, Babu KM. Here today, gone tomorrow… and back again? A review of herbal marijuana alternatives (K2, Spice), synthetic cathinones (bath salts), kratom, Salvia divinorum, methoxetamine, and piperazines. J Med Toxicol 2012; 8: 15-32. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *